Residentes de Texas Reciben Primeros Avisos de Expropiación de Tierra para el Muro de Trump

'Nosotros no queremos éste muro – prácticamente todo el pueblo está de acuerdo en esto,' afirma Yvette Salinas, hija de una de los propietarios del terreno.

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El listón demarca el lugar donde el muro propuesto por DHS en 2008 entraría en el terreno de la familia.  Jen Reel

Una semana antes de la toma presidencial de Donald Trump, Yvette Salinas recibio una carta a la que había temido por años: un aviso legal en el que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés) notifica que quiere construir parte del muro fronterizo en el terreno de su familia, ubicado en Los Ebanos, Texas. El documento de 21-paginas, titulado “Declaración de Toma” (“Declaration of Taking”), estaba dirigido a su madre Maria Flores, quien es la dueña de propiedad junto con sus hermanos. La carta ofrece a Flores US$2,900 por media hectarea de terreno cerca el Rio Bravo. Si Flores elige no aceptar la oferta, el gobierno puede embargar su tierra por derecho de expropiacion. “Se siente miedo cuando la lees” dice Salinas. “Siente uno como que tiene que firmar”.

Localizado cerca de el único puerto fronterizo que utiliza barcas propulsadas a mano para cruzar automóviles y personas entre los dos países, el terreno de .48 hectáreas ha pertenecido a la familia por tanto tiempo que nadie recuerda con exactitud el año en el que fué adquirido. Lo único que sabe Salinas es que la tierra ha pertenecido a su familia durante cinco generaciones. Hoy día, su tío utiliza el terreno para criar unas cuantas cabezas de ganado.

Esta no es la primera vez que el gobierno ha querido embargar el terreno de la familia para construir un muro. Tras la firma de la Ley de Cerco Seguro (Secure Fence Act) en 2006, la administración de George W. Bush construyó 177 kilómetros de muro fronterizo de los cuales la mayoría se localizaron en propiedades privadas del estado de Texas. En 2008, la familia de Salinas recibió un aviso de embargo y una oferta en la que el gobierno ofrecía los mismos US$2,900 por su terreno. El aviso también llegó a otras familias residentes de Los Ebanos.


En aquella ocasión, el tiempo y la naturaleza estuvieron a favor de la familia. Los Ebanos se encuentra en una saliente de tierra formada por una de las tantas vueltas que da el Río Bravo en la región, y el pueblo está asentado en su totalidad en planicies que quedan completamente inundadas cada vez que crece el río. Un tratado firmado entre los Estados Unidos y México prohibe la construcción de cualquier estructura que pueda provocar que las inundaciones alcancen a las comunidades asentadas en la zona.

El mapa proporcionado a Flores Garcia por DHS muestra la ruta propuesta para la construcción del muro en los terrenos de la familia.  Jen Reel

En aquella ocasión, la familia de Salinas decidió no firmar el aviso de embargo y esperar. Con el paso del tiempo, la construcción de una sección del muro fronterizo en Los Ebanos pareció cada vez menos probable, en parte por el tratado bi-nacional, y también porque la administración de Obama no priorizó su construcción. Mientras tanto, según Aleida García, una prima de Salinas, el gobierno se dedicó a incrementar las fuerzas de seguridad en el área y la tecnología de vigilancia fronteriza. García prefiere éstos incrementos al muro propuesto por Trump. “Aunque construyan un muro, la gente va a seguir cruzando”, afirma García. “La tecnología nos ha ayudado mucho más y es menos costosa – los globos aerostáticos, los sensores e incluso los agentes fronterizos”.

Sin embargo, Los Ebanos parece ser uno de los objetivos principales para el muro de Trump. El trabajo de planeación y de topografía ya está hecho, mientras que el Secure Fence Act autoriza la construcción de nuevas secciones del muro fronterizo. Además, la mitad Estadounidense de la Comisión de Límites y Aguas, una comisión binacional cuya tarea es administrar el tratado de aguas entre los dos países, se rindió ante los esfuerzos de cabildeo realizados por DHS y aceptó la construcción del muro en las tierras, a pesar de su alto potencial de inundación.

Aleida Flores Garcia  Jen Reel

Salinas dice que su familia no quiere deshacerse de las tierras y han consultado con abogados para decidir qué hacer, aunque entablar una lucha legal con el gobierno federal podría tomar años de trámites y juicios. Si la familia pierde la lucha, el DHS puede simplemete quedarse con su tierra. Salinas, con apenas 29 años, dice sentir tristeza al ver que la herencia de su familia pueda ser dividida por un muro que puede causar problemas serios para Los Ebanos. “Nosotros no queremos éste muro – prácticamente todo el pueblo está de acuerdo en esto”, afirma Salinas. “Pero tampoco queremos que nos demande legalmente el gobierno federal de los Estados Unidos”.

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